domingo, 29 de diciembre de 2013

2013

Los que ya me conocen saben que todos los años hago un repaso de lo que ha significado y ha sido el año para mí, y este año pues no iba a ser menos. Quizá el año más “estable” de mi vida, o quizá no, no sé, todo es relativo. Quizá el año en el que más me he centrado, o quizá en el que más descentrado he estado. Como ya he dicho, “todo es relativo”

2013 se puede considerar como el año de encuentros, desencuentros y reencuentros. En este 2013 me he encontrado con personas que han sido –y otras siguen siendo- importantes para mí y que han aportado mucho a mi día a día. ¿Desencuentros? Pues al igual que hay encuentros, hay desencuentros. ¿Y reencuentros? Ésta es la que más me gusta, sin duda.

También 2013 se puede considerar “El año en el que Coque tuvo un mínimo de madurez”. Aunque muchos penséis que no, en mis últimos 3 años yo he madurado, pero este año ha sido la cumbre, el éxtasis. Y como todo año nunca es perfecto y no es todo bueno, éste tampoco lo fue.

Y como estoy harto de hablar moñadas y ponerme filosófico, pasaré a lo realmente importante: a las cosas buenas y perfectas de este año.

¿Alguno recuerda mi camino a casa en año nuevo? Porque yo no. Sólo sé que nos quedamos dormidos en el metro y yo acabé en casa durmiendo con Manu a las 10 de la mañana lleno de barro y, dos horas más tarde, viajando a Valencia en el peor viaje de mi vida. Nunca viajéis con resaca, amigos.

Y de aquí podemos pasar a la noche en la que decidí tener mi propia piscina en mi piso. Sí, aquél fin de exámenes de febrero (en el que conocí a Borja, por cierto). Aquél fin de exámenes será recordado por ser despertado por mi compañera de piso para decirme “que me había dejado el grifo abierto”, vamos, un caos.

También me eche novio, ¿sabéis? Y monté una orgía en mi cumpleaños; y no salí en fallas porque estaba con fiebre; y vino Manu a Madrid a darme una sorpresa; y no sé qué más. Bueno, me apunté al gimnasio tres meses, los cuales sólo fui 15 días. Todo un éxito, vamos.

¿Y a que no sabéis como fue mi reencuentro con Dani después de 1 año sin vernos? Pues muy gracioso. Estaba yo en el Carrefour de mi barrio, saliendo, y me crucé con él. Nuestras caras, un poema (aunque la suya más). Le pregunté “qué tal todo”, a lo que me respondió con un “estoy borracho”. Épico todo. Y bueno, que la mejor decisión que tomé en este 2013 fue recuperarle a él. Y no penséis mal.

‘Eurovisión, 300 kilos de comida y las gambas del apocalipsis’. Así titularé a la noche de Eurovisión. ‘San Cemento, policías y una pota común’; así titulo a San Cemento 2013, que os podéis hacer una idea de cómo acabó.

Sin duda, la gran locura de mi año llegó cuando acabé los exámenes. ¿Sabéis que Saray y yo tuvimos que huir del piso porque los vecinos nos querían dar de hostias? ¿Sabéis que estuve en el Orgullo en un precioso Hostal con Rafa? ¿Sabéis que me fui a Londres, Málaga, Gandía, Villagordo de Cabriel y Arenal Sound en un mismo verano? Pues sí, pero haré una mención especial al Arenal Sound. Sí, aquél Arenal Sound que se puede resumir en ‘Bukkakes, autobuses a Getafes y “Eh, y eh, y eh, que no pare la fiesta”’. ¿Por qué? Creo que sobran las palabras.

Y llegó septiembre. Tercera temporada en Madrid, y de manera muy renovada. Nuevo piso, soltería y elenco renovado. ¡Que me mudé al lado de Marina! Muy fuerte todo. Pues septiembre comenzó digamos que… calentito. Fin de exámenes, fiesta en casa un lunes… bueno, una fiesta épica, de las mías. Ya sabéis. ¿Y después? El desmadre. Disaster party; La noche de las saunas, las putas asesinas y los travestis; salir martes, miércoles, jueves, viernes, sábado… casi hice pleno; la noche de los feos; que si un canario viene a Madrid y me lía; las cenas que se te van de las manos y acabas borracho a las 5 de la mañana… Sí, reconozco que se me fue una poquita de las manos, pero eh, ya no. *Luna de wa*

Y ahora mira, estoy aquí, en Valencia, a día 29 de diciembre, a menos de 24 horas de volver a Madrid a pasar la que será recordada como la mejor Nochevieja de la historia. ¿Que qué conclusión saco de todo esto? Pues muy sencillo. En mi vida hay unos pilares y, que sin esos pilares, mi vida no tendría sentido alguno. A mí, que me dejen en paz, que yo soy feliz así.


Sólo espero que 2014 se comporte y también lo haga con vosotros.

Así que, chicos, ¡Feliz año! E intentar volver sanos y salvos a casa. 























¡FELIZ 2013!